Institución Educativa Arroyo de Piedra,
una muestra del trabajo colectivo

Para nadie es un secreto que, durante esta pandemia los retos para el sector educativo han sido enormes, pues muchas escuelas no contaban con la preparación ni las herramientas necesarias para implementar tecnología digital en sus clases.

Sin embargo, la experiencia de las escuelas en las ciudades principales dista de lo que ocurre en las zonas rurales del país, donde el acceso a internet y a equipos tecnológicos, es muy precario y limitado. A profesores y rectores les ha tocado explorar distintas prácticas pedagógicas que les permitan continuar con sus procesos formativos, adaptándose a las realidades de su entorno.

Así nos lo cuenta Mayra Cerro Gonzáles, licenciada en Educación Prescolar y Especialista en Gestión en Institución Educativa, quien habló de la experiencia que están viviendo los profesores y estudiantes de la Institución Educativa Arroyo de Piedra, en Cartagena, en medio del COVID-19. “Nos ha tocado difícil y hemos aprendido sobre la marcha para lograr que nuestra población estudiantil siga estudiando y formándose. Aunque sabíamos que no contábamos con las destrezas necesarias, no nos detuvimos ante la eventualidad, sino que tomamos de lo poco que teníamos para tratar de llegar a los estudiantes y padres de familia”, expresó Mayra, quien lleva más de 20 años trabajando por la educación rural y conoce de primera mano las carencias y dificultades que se presentan en estas zonas en cuanto a la educación.

Actualmente, Mayra es la rectora de la Institución Educativa Arroyo de Piedra, la cual atiende cerca de 1.200 estudiantes en sus 4 sedes: PUA, Arroyo de las Canoas, Punta Canoa y Arroyo de Piedra.

“Al principio de la cuarentena la comunicación con los padres de familia y estudiantes se daba por WhatsApp, blogs y una página de Facebook que creamos para compartir desde allí las lecciones. Sin embargo, los padres manifestaron que no tenían cómo conectarse constantemente, entonces, pensamos cuál sería la estrategia ideal para el contexto de Arroyo de Piedra y sus sedes, partiendo de las características que ofrece el entorno y su territorio, y así poder llegar a los estudiantes”, anotó Mayra.

Fue así como los docentes de la Institución Educativa realizaron un diagnóstico para conocer el panorama de equipos y conectividad en la población estudiantil y el resultado fue mínimo, así que les tocó plantear una nueva estrategia. “Hay estudiantes que ni siquiera cuentan con energía estable en sus casas, por ende, sabíamos que la conectividad no era del todo la solución para la población en general, sino para unos cuantos. Así que entre todos decidimos que la mejor forma de seguir con la formación de los estudiantes era el material impreso. Entonces, diseñamos unos módulos con las indicaciones y actividades necesarias para que los estudiantes siguieran con sus clases durante este tiempo”, resaltó.

 

De grupos de Whatsapp a módulos físicos, la alternativa

Hasta ahora, la herramienta más efectiva para continuar las clases en la zona rural han sido los módulos impresos, sin embargo, algunos profesores monitorean a sus estudiantes y potencian los conocimientos con el envío de vídeos por Whastapp, dejando abierto un canal para retroalimentar en la medida que se pueda.

“Los módulos son paquetes de copias con las actividades que los estudiantes deben desarrollar en sus casas y las lecciones de las materias con temáticas a reforzar, priorizadas por los docentes. Los profesores junto al equipo coordinador y administrativo elaboran los módulos, los imprimen y los llevan a la institución; allí un grupo de madres líderes los reciben y nos apoyan con la distribución, acompañadas de los líderes de los Consejos Comunitarios de las poblaciones en donde se encuentran las diferentes sedes”, nos cuenta la rectora Mayra.

Para ella, esta ha sido una experiencia satisfactoria, pues ha sido posible gracias al trabajo colectivo, en el que prima el cuidado de todos y la educación de los niños y jóvenes. “Sin el apoyo de los docentes, los padres de familias, los Consejos Comunitarios, las organizaciones aliadas y el Ministerio de Educación, no hubiésemos abarcado a la mayor parte de los estudiantes para que continuaran con sus estudios. En tiempos como estos, creemos que unidos logramos que los procesos no se caigan, sino que se lleven a cabo”, puntualizó.

“Traso, un aliado indispensable en este tiempo”

Desde hace dos años la Institución Educativa Arroyo de Piedra se ha visto beneficiada con los programas de educación que lidera Traso, y su rectora ratifica que gracias a este tipo de organizaciones su sueño de conseguir nuevas oportunidades para los estudiantes de la zona rural, es una realidad.

“Traso ha sido un aliado indispensable en este tiempo. Estamos muy agradecidos por las oportunidades que nos han brindado. Hemos sobrellevado esta crisis gracias a la formación recibida y al compromiso de esta organización con la educación”, comenta Mayra Cerro, quien además mencionó los diferentes programas y proyectos con los cuales Traso ha llegado a esta comunidad educativa.

“Camila Noriega, egresada de nuestra Institución está estudiando su carrera gracias al programa Becas Boomerang; nuestro equipo de docentes y coordinadores han recibido formación y hemos sido cualificados para tener mayores competencias, ayudándonos a trabajar de manera organizada desde nuestra participación en el proyecto Líderes Siglo XXI, que realiza Traso en alianza con Nutresa. Además, recientemente recibimos maletas Pro Futuro con equipos tecnológicos que nos ayudarán a mitigar un poco el impacto de esta pandemia, gracias a Traso y la Fundación Telefónica. Estamos agradecidos porque Traso ha sido ese puente que nos conecta con oportunidades reales de transformación”, puntualizó Mayra.

“Traso ha sido un aliado indispensable en este tiempo.
Estamos muy agradecidos por las oportunidades que nos han brindado. Hemos sobrellevado esta crisis gracias a la formación recibida y al compromiso de esta organización con la educación”.

“Dale Re, Cartagena recicla”, se tomó el Jaime Morón

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